Aerolíneas Argentinas había sido re estatizada y se había transformado en un símbolo de la gestión de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Esto la colocó en el corazón de la batalla política discursiva del oficialismo y la oposición. Para salir de allí planteamos una estrategia que activara el cariño que todos como argentinos le tenemos. Decidimos que se comportara como una marca de aeronavegación y no como un partido politico. Y trabajamos en dos ejes que la ayudaran a expresar credenciales de aerolínea seria. El primero buscó a través de una gran celebración de sus gigantescas aeronaves trasmitir idoneidad, una empresa capaz. Y el segundo pilar, el de humildad, con el objetivo de atravesar la grieta politica: activar el cariño que cualquier argentino tiene por la marca independientemente de su posicionamiento político y de allí la puesta en valor de su ícono más entrañable: el emblemático cóndor de su isologo puesto en relación a los seres humanos.